La última generación de tecnologías de telefonía móvil, conocida como 5G, nos abre nuevas posibilidades tanto a nivel personal como profesional. En agricultura, por ejemplo, aportará mucho haciendo evolucionar a las áreas de maquinaria agrícola autónoma y agricultura inteligente basada en datos, ahora en vías de desarrollo.
Varios factores, como el envejecimiento de los agricultores, están haciendo que el número de profesionales del campo disminuya considerablemente y faltará mano de obra en las explotaciones. Por otro lado, los propietarios de tierras las están cediendo o subcontratando operaciones, lo que fortalece a las empresas de servicios que atienden sus necesidades.
La agricultura inteligente añade valor a la profesión. Para empezar, la hace más rentable, pues permite producir los cultivos solicitados respondiendo en tiempo y forma, además, mejora la calidad y el rendimiento, posibilita que grandes superficies sean atendidas por una sola persona y optimiza el uso de fertilizantes y pesticidas a través de aplicaciones. Por otro lado, reduce el trabajo ahorrando mano de mano, dado que la automatización de la maquinaria minimiza la labor e incluso cambia el modo de hacerla. Asimismo, reduce el impacto ambiental porque se optimiza el uso de insumos mediante el manejo de datos. Por último, permite la utilización de tierras de cultivo abandonadas y favorece la sostenibilidad.
La pregunta es obligada, ¿dónde está el potencial del 5G?
Hay tres puntos principales que lo diferencian de los sistemas anteriores. El primero, la velocidad, puesto que es 100 veces más rápido que el 4G; el segundo, su latencia ultra baja, que permite controlar por remoto un robot en tiempo real; el tercero, sus múltiples conexiones simultáneas a todo tipo de dispositivos.
El 5G también tendrá protagonismo en la teledetección. Máquinas agrícolas y drones evaluarán el estado de los campos y cultivos mediante la información recogida. Las imágenes de alta resolución tienen mucho peso, pero con 5G se pueden enviar y recibir a altas velocidades. Así pues, El sistema recopilará las imágenes de un amplio rango en poco tiempo, analizando con celeridad el crecimiento de los cultivos y mejorando la distribución de fertilizantes, sobre todo en zonas con carencias.
De igual modo, al reconocer los cultivos y las hileras con mayor precisión, las máquinas podrán moverse sin deteriorar o aplastar las plantas. A esto hay que sumarle la capacidad de trabajar con varios implementos, lo que aumentará el número de tareas que pueden efectuar las máquinas agrícolas automatizadas.