La tendencia a abandonar las tierras cultivables ha experimentado un cambio significativo. Galicia, a diferencia de otras comunidades autónomas, ha ganado 6.000 hectáreas en los últimos años debido al aumento de viñedos, trigales y pastos, así como a las medidas de la Xunta para movilizar superficie agraria.
Las condiciones climatológicas y edafológicas contribuyeron al desarrollo de las labores del campo. Sin embargo, el terreno cultivable ha estado infrautilizado a pesar de su potencial, pues sus posibilidades son evidentes.
El futuro se debate entre lo rural y lo urbano
Los estudios demográficos revelan que la población se ha ido trasladado del campo a la ciudad en busca de oportunidades. Los factores que más han influido son, principalmente, el pequeño tamaño de las fincas, la fragmentación del suelo y la falta de nuevos profesionales que quieran trabajar en este sector.
Para hacer frente a la situación, el gobierno gallego aprobó la Ley de Recuperación da Terra Agraria. Los objetivos eran rescatar tierras abandonadas y fomentar la reactivación agrícola. En este sentido, se pretendía animar a los propietarios a cultivar sus suelos y promover el uso agrícola, ganadero y forestal de las tierras.
Una ley agraria con amplitud de miras
Como herramientas de reactivación, dentro de las disposiciones de dicha ley, se establecen mecanismos para movilizar tierras baldías. El propósito es dar vida a estos suelos, así como proporcionar una amplia base de fincas para aquellos interesados en la agricultura. La idea es reincorporar este tipo de suelos al circuito productivo. La ley propone medidas como la creación de aldeas modelo, la implementación de acciones de cogestión y la formación de polígonos agroforestales.
Paralelamente, se hará un análisis que contempla factores ambientales, económicos y culturales. La Ley de Recuperación da Terra Agraria constituye un avance significativo para incrementar la actividad agrícola, promover un uso sostenible del suelo y una gestión integral del territorio rural.
Suelos perfectamente registrados
Por otro lado, esta ley pretende regular la propiedad del suelo y actualizar el catastro. Así se dará un uso adecuado a cada terreno en función de su ubicación, valorando criterios económicos y ambientales. En otras palabras, la Xunta desea maximizar el rendimiento de las tierras agrícolas y contribuir al desarrollo económico de la región.
Para decidir si una parcela de tierra gallega es apta para la agricultura, se tienen en cuenta varios factores: el tamaño de la misma, la topografía, la adaptabilidad a los diferentes cultivos, el impacto sobre el entorno natural, etc.
La agricultura puede ampliar horizontes
Desde LISTE Maquinaria ayudaremos a reactivar la agricultura en una superficie tan fértil como es la gallega. La buena preparación del suelo, siempre con ayuda de la maquinaria adecuada, es fundamental. A partir de ahí, se puede recoger mucho fruto como consecuencia de un trabajo constante y profesional.
Galicia cuenta con una tierra generosa que es capaz de ampliar su área cultivable. La calidad de sus hortalizas, por ejemplo, tiene eco dentro y fuera del territorio nacional. La cabaña ganadera también es excelente, sobre todo el vacuno. De ahí que consumir el producto local sea una satisfacción para la población autóctona y, por extensión, para todos aquellos que tengan el placer de degustarlo allí donde se encuentren.