Existe un tipo de agricultura que se apoya en el cosmos para echar raíces. En este sentido, aprovecha sus energías vitales, lo que supone administrar recursos de forma eficiente y responsable, evitando el empleo de sustancias químicas y otros compuestos artificiales.
Este tipo de agricultura maneja dos conceptos básicos. Por un lado, el papel de los cuerpos celestes, cuyos movimientos en el universo se toman como referencia a la hora de establecer calendarios de cosecha y planificar las tareas agrícolas. Está demostrado el fuerte influjo que ejerce la Luna sobre los cultivos, de manera que conocer sus fases es determinante para saber en qué momento actuar. Por otro lado, está la presencia de preparados, que se generan a partir de procesos específicos con plantas. Se trata de dosis nutritivas muy reducidas, elaboradas a partir de sustancias de origen vegetal y animal, como el estiércol, la ortiga, el roble, el diente de león, la manzanilla… Una vez elaboradas, se aplican sobre los campos en el momento adecuado.
La Luna parece una roca inerte, pero no lo es. En el año 2019, una misión espacial china logró hacer brotar unas semillas de algodón en su lado oscuro. Todo un ejemplo de las posibilidades que tiene la naturaleza, incluso en los lugares más inhóspitos. ¿Por qué no aprovecharlas en nuestro planeta?
El pionero de una agricultura revolucionaria
Rudolf Steiner, considerado como el padre de la agricultura biodinámica, dio una serie de conferencias sobre esta materia en 1924. Afirmaba que los nutrientes orgánicos eran mejores que los sintéticos, además, defendía que las granjas debían funcionar como organismos autosuficientes, donde las plantas y los animales se nutriesen entre sí. Muchos agricultores de su época habían comprobado que la tierra perdía fertilidad. Entonces, se optó por utilizar medios más naturales, como la rotación de cultivos, el uso de fertilizantes orgánicos, el control de las malas hierbas, etc.
Un equilibrio perfecto dinamiza el crecimiento
La agricultura biodinámica tiene como objetivo lograr una armonía dentro de las granjas y explotaciones, para lo cual hay que establecer una relación equilibrada entre el suelo, las plantas, los animales y el ser humano. Todos ellos actúan como agentes que favorecen la salud de los cultivos.
Las ventajas de la agricultura biodinámica son múltiples, puesto que se potencia la actividad biológica del suelo, se aumenta la resistencia de los cultivos ante las plagas y enfermedades, se incrementa la formación de humus, se mejora la calidad nutritiva de los alimentos producidos y se reducen costes. En resumen, se consigue crear un ecosistema muy equilibrado conocido como organismo agrícola.
Animales y plantas interactúan con un mismo fin
Se puede construir un cultivo biodinámico contando con abono de origen animal. La estructura se basará en la retroalimentación constante entre la flora y la fauna del ecosistema. El ganado se alimentará de las plantas que produce la plantación; la plantación, a su vez, también se alimentará del abono generado por el ganado.
La diferencia con la agricultura ecológica radica en que la biodinámica tiene como base las energías vitales del cosmos en detrimento de las necesidades materiales. Los agricultores que emplean esta técnica devuelven más a la tierra de lo que toman de ella. Según las estadísticas, ya se practica en más de 50 países.
El calendario biodinámico
Una herramienta muy útil es el calendario biodinámico. Tiene base científica y sirve de guía a los agricultores a la hora de establecer las fechas de preparación del suelo, siembra, cultivo y cosecha. Asimismo, muchos almanaques incluyen las fases lunares, que también son una referencia para saber los días clave.
En LISTE Maquinaria promovemos la agricultura biodinámica porque trabaja en favor del medio ambiente y la sostenibilidad. Se identifica con el cosmos como si fuese su aliado, es más, constituye todo un ejemplo de producción de alimentos naturales cien por cien.