Está demostrado que una cubierta vegetal aporta mucho a la hora de cultivar. Requiere un mínimo laboreo y el uso de maquinaria especializada para preparar el terreno, es decir, eliminar las malas hierbas y hacer una cama de siembra en la que se aprovecha el material orgánico. Dicho material, cuando se seca y descompone, pasa a formar parte del alimento del microbioma del suelo, que es la comunidad de microorganismos formada por hongos, bacterias, etc. Así pues, la labor siempre será más fructífera.
Las ventajas de la cubierta vegetal son múltiples. Por ejemplo, retiene mejor el agua de lluvia, aporta biodiversidad al suelo, reduce las enfermedades edáficas, fija nitrógeno atmosférico e incluso mejora la calidad del aire. Pero, además, acumula carbono. En suma, la cubierta vegetal optimiza la estabilidad y la estructura del terreno.
Tipos de cubiertas vegetales
Atendiendo a su clasificación, las principales cubiertas vegetales pueden ser naturales, sembradas o inertes. Las naturales consisten en dejar crecer la vegetación espontánea entre las hileras o calles del cultivo. Las sembradas son una alternativa cuando no hay vegetación natural o espontánea, por lo que se utilizan especies de gramíneas y leguminosas como la veza-avena. Las inertes o mulching se inclinan por cubrir el suelo con restos de poda triturados, paja o hierba para protegerlo y suministrarle nutrientes.
Por otro lado, la cubierta vegetal ayuda a combatir la erosión del suelo. Se estima que una hectárea de cultivo leñoso desnudo pierde alrededor de nueve toneladas de tierra fértil al año. Con las cubiertas, esta cantidad se reduce a una tonelada y media. Todo un registro.
De esta manera, se consigue una agricultura más sostenible y resiliente, preparada para los efectos del cambio climático. Tomar conciencia de ello es pensar en el futuro de nuestros campos.
La nueva PAC prima las cubiertas vegetales
Por cierto, recurrir a la cubierta vegetal está bonificado en los ecoesquemas, lo que refleja su importancia y también la conveniencia de realizar esta actividad. En España, según las estadísticas, un 25% de los cultivos leñosos tiene cubiertas vegetales; en viña, alrededor de un 5%.
La mecanización aporta calidad
Existe una amplia gama de maquinaria para la preparación del suelo en función del tipo de cultivo. En el caso de las hortalizas destaca, entre otras, la acolchadora, que coloca una alfombra de plástico bajo el cultivo https://www.liste.es/acolchadora-stf . A propósito, la elección del plástico es clave con vistas a que se pueda biodegradar.
Para incentivar su práctica entre los agricultores, UPA ha desarrollado el programa Cubiwood. Tiene como objetivo aumentar la presencia de cubiertas vegetales en cultivos leñosos para afrontar los retos medioambientales a los que se enfrentan las explotaciones agrarias. UPA ha anunciado que establecerá una red de fincas experimentales y un comité científico, que se encargará de recopilar y divulgar buenas prácticas, así como casos de éxito. La implantación de cubiertas en cultivos leñosos requiere adiestramiento y asesoramiento técnico. Para ello, se contemplarán módulos de formación, se publicarán artículos de investigación, se creará una guía práctica de manejo de las cubiertas vegetales y se organizarán jornadas de campo para transmitir su alcance a los agricultores.
Cultivos más productivos y rentables
En LISTE Maquinaria sabemos que una cubierta vegetal contribuye a hacer más productiva la labor agrícola. Por eso, precisamente, comercializamos modelos específicos para facilitar la tarea añadiendo agilidad y precisión. La inversión resulta muy rentable.